jueves, 26 de junio de 2008

Rosa Cautiva


¿Escapará mi flor? Imposible, se dijo sonriendo. ¿Podrá alguien rescatarla? ¿Oír acaso su angustiada voz pidiendo libertad, voceando su inocencia? Imposible, las plantas no emiten sonido alguno, pensó complacida, racional. ¿No merece acaso mi jardín conservar la flor más bella? Por supuesto, dijo en voz alta, haciendo voltear a una pareja que cruzaba el frente, y que la pensó loca. Cuando la lluvia empezó, ella creyó que la rosa lloraba. Aun así, no se inmutó: tomo los barrotes mojados y probó una vez más su fortaleza.