martes, 22 de diciembre de 2009

Es Navidad

Es Navidad y me vuelve a asaltar la nostalgia de no tener a todos los que quiero conmigo, de no tener a mi padre, a mis abuelas, a los familiares que están lejos, a los amigos que no veo hace tiempo y que a veces recuerdo y extraño. La nostalgia me hace sonreír triste de no poder abrazarlos y decirle a todos ellos cuánto deseo su felicidad y que espero que les guste mi regalito; triste de saber que no voy a sentarme a la misma mesa con ellos, que otro año no compartiremos el panetón y el inverosímil chocolate caliente de nuestra veraniega Nochebuena. Nostalgia de no ser pequeño para sentarme al pie del árbol de luces a desbaratar las envolturas de los regalos, de los queridos juguetes y los aburridos calzoncillos; nostalgia de no estar más en la calle encendiendo y brincando los cohetes que ahora son ilegales o envenenan, nostalgia de no ir de casa en casa saludando a los amigos, mostrándoles los nuevos juguetes, las flamantes zapatillas, la ropa nueva de las abuelas, el rostro feliz y sencillo que la Navidad nos ponía cada año y que decía que habíamos olvidado las carencias, los resentimientos, las penas de todo el año. Es Navidad y me asalta la nostalgia. Pero también me invade la alegría de saber que aquella Navidad que añoro con aquellos que me faltan, aquella cena de todos los que quiero, aquella inacabable infancia que se enciende cada diciembre, aunque pasaron, realmente se quedaron para siempre en mí. Feliz Navidad.